viernes, 8 de julio de 2011

Juegos de plástico.

Cuando yo era pequeña jugábamos en la calle, en la plaza (porque en el pueblo solo había una, ahora hay un montón y no se puede jugar en ellas), en los campos, en la carretera (es verdad que apenas pasaban coches como no fuera el de línea y nos sabíamos la hora), en los huertos, en las eras, en los pinares, en las casillas.
Incluso durante el recreo del colegio bajábamos jugando a casa a por un bocadillo pequeño. Y jugábamos a pegarnos, aunque nunca llegaba la sangre al río, ni siquiera salía una gota, pero también jugábamos al pídola, al pañuelo, al balón prisionero, a la comba, al truque ... y nos ponían a caldo porque empezábamos a jugar (muy pocas veces, es verdad) ¡con los chicos!
Ya iré contando otros muchos juegos según me vaya acordando. Lo que quiero decir es que ahora los niños no pueden jugar el las calles ni en las plazas ni siquiera en los parques. Tienen, eso sí, unos preciosos juegos de plástico que les evitan pegarse con otros niños.
En los países en vías de desarrollo, incluso en los emergentes (como dicen ahora), todavía los niños juegan con otros niños con pelotas de trapos y papeles. ¡Que no les pase nada a nuestros 'ricos' niños de plástico!
Ana Roncero.

2 comentarios:

  1. ¡Cuánta razón tienes Ana! Ojalá no (y se encuentren pronto soluciones de convicencia), pero con el tiempo lo más probable sería que esos niños que ahora juegan con pelotas de trapo se coman a los niños de plástico. Besos.

    ResponderEliminar
  2. He querido decir 'convivencia'. Disculpas por el error.

    ResponderEliminar